Ya sabéis que me encanta recibir cartas (bueno, emails que es lo que se lleva ahora) en las que jugadores de frontenis me contáis vuestras dudas. Eso sí, estoy leyendo una constante en todas ellas. Suelen empezar con un : "No juego bien a frontenis", o "Mi revés, o derecha, no es bueno..."
Y suelo preguntar siempre lo mismo: ¿No juegas bien con respecto a que o a quien? El golpe no es bueno ¿con respecto a qué o a cual?
La introducción es lógica. A mí, durante mucho tiempo me pasó lo mismo, tanto en el frontenis como en otros aspectos de la vida. Como la comparación siempre era con respecto al mejor del mundo, nunca conseguí ser feliz. Obviaba mis limitaciones y me ponía una meta irreal. El resultado: frustración constante. Y miedo, mucho miedo. Inseguridad.
Al final, ya apartado de la competición y de otras cosas, aprendí a buscar y definir objetivos. Concretos, medibles, reales, retadores y alcanzables. Empecé a disfrutar. El entrenamiento tuvo un objetivo, una meta. Se acabaron las vergüenzas, las desesperaciones, los enfados, los malos modos, y las frustraciones. Y pasé a disfrutar, a divertirme, a dar lo mejor de mí mismo y a comprometerme con el objetivo. Incluso los demás lo notaron.
Por eso, cuando me enviéis una carta (bueno e-mail), antes de hacerlo pensar en que queréis obtener del frontenis, que meta podéis/quereís alcanzar, en cual va a ser vuestro compromiso para alcanzarla, y quien os puede ayudar a conseguirlo. En el frontenis, y en otros aspectos de la vida, hay mucha gente dispuesta a hacerlo.
Ayer me dijo una profesora (mejor la llamo maestra, me gusta más) que cuando alguien, desde el corazón, busca un maestro, levanta la cabeza y lo tiene delante. Es verdad. Yo ayer la encontré.
Pd.- Si no se me complica y me llega a tiempo la información, esta noche quiero hacer un especial de radio sobre el Master Nacional de Olímpica Absoluto y Sub-22 que está deparando partidos muy interesantes. Os espero. Ya sabéis, los pregramas se quedan guardados. Ah, y haceros seguidores. Eso ayuda mucho.