El otro día estuve hablando con un seguidor de este blog. Me comentaba que él sabía antes de jugar si se encontraba seguro o no. ¿Cómo? Por su sensación nada más sujetar la raqueta. Esta sensación le podía volver loco y hacer un verdadero destrozo de partido. Además, sin solución.
Tal vez esta sea una situación un poco rocambolesca pero con otras condiciones, es más frecuente de lo que parece. Vamos, que nos comemos el tarro de mala manera y a partir de ahí nada ocurre como debería. Lo pasamos mal. Y el resultado es real, un bodrio de partido.
Frente a esto, hay varias soluciones: suicidarte, hacerte el harakiri,..., no en serio, podemos hacer anclajes y racionalizaciones.
Lo primero ya lo he comentado en algún otro post ( aprovecha y léete todos para ver dónde está,je). La segunda posibilidad, que llamo racionalizacion, es ser consciente del proceso mental que estás teniendo.
Fíjate que he hablado de "tengo la sensación,..." y una sensación, un sentimiento, es la suma de dos partes: emoción y pensamiento. Si varías una de ellas, puedes cambiar la emoción.
La emoción es rápida, animal, incontrolable y por tanto difícil de actuar sobre ella (no imposible pero esto son palabras mayores). Pero el pensamiento lo podemos controlar (en caso contrario tienes un problema más grave). Es racional, sigue una lógica, tiene un inicio y un fin. Casi se puede medir. De ahí la importancia de los pensamientos positivos.
Si una emoción la analizas con un pensamiento correcto, vas a cambiar la sensación. Seguro.
"Hoy tengo la sensación de que sujeto mal la raqueta",..., " A ver, me paro y miro mi mano en el puño" " Siempre la sujeto igual, los dedos, la palma de la mano, el grip,..., todo igual" No hay problema. Y si no le doy bien a la bola será por otra cosa. Así que cambiaré mi foco de atención. ¿Los pies, el cuerpo,..." Seguro que aparece una respuesta coherente y lógica. A partir de aquí se puede corregir.
Hale, dejar de sentir cosas raras, y jugar al frontenis con la cabeza. Os sentiréis bien.