Siguiendo con el último abierto de pelota olímpica celebrado en Valencia vuelvo a un tema del que hablamos hace mucho tiempo: la dificultad que han tenido muchos jugadores para cerrar los partidos. Por supuesto no me refiero a aquellos en que las diferencias técnicas son tan notables que no se puede hablar de igualdad.
Habitualmente, al plantearnos un partido de frontenis, solemos estudiar – bueno esto no siempre se hace – cómo ganarlo. Y resulta que llegamos a ese final igualado. Entonces la adrenalina del momento nos impide hacer lo que estaba previsto. Es entonces cuando cambiamos la estrategia. Esto nos suele llevar al fracaso. Aparecen los gritos, las raquetas vuelan, los autoinsultos.
En el mundo animal saben oler el miedo. Y eso que a nosotros nos cuesta racionalizar, sabemos que hay que tiene la capacidad de detectarlo. Con estas actitudes violentas o desesperación ayudamos ya no a que el contrario lo huela –si es que tiene ese sexto sentido- sino que se lo ponemos a la vista.
La presión interior a la que nos sometemos es tan fuerte que se lleva por delante todos los preparativos que hemos hecho.
En ese momento sólo hay que pensar en dos cosas. Si por nuestro juego, no somos capaces de mantener la estrategia planteada, mi recomendación es que entrenes más. Y si la estrategia del partido es la inadecuada, te enviaré a pensar. Es decir a que vuelvas a hacer otro planteamiento para este partido.
Pero si la estrategia planteada es correcta – el partido se puede ganar - , el contrario es el mismo, la pelota es la misma, y la pista es la misma, ¿porqué abandonar esa estrategia?
Debemos plantearnos antes de un partido de frontenis tanto lo que hacer para que el partido vaya bien como qué hacer si el partido no va bien. Esta es la parte que el frontenista no suele afrontar en las previas del partido. Y no es malo hacerlo. Si lo hemos pensado antes, podremos dar las soluciones adecuadas sin tener que ponernos a pensar durante el partido. Y si estas no lo son, entonces es que no hemos planteado bien la estrategia.
Y recuerda, un partido de frontenis es sólo eso, un partido. El contrario también sufre. No le des al contrario señales de sufrimiento. La misma estrategia no vale para todos los partidos.
Adecúa tu estrategia a tu capacidad técnica. No te engañes. Se realista. Las emociones se controlan si se conocen y asumen.
Acuérdate de estas condiciones positivas para cerrar el partido . Esto no es lo mismo que aguantar el partido hasta el cierre– actitud negativa.
Ah, huye de quien te diga: juega sin fallar. Porque esta estrategia, si se le puede llamar así, se viene abajo en cuanto se comete el primer error. Y en un partido se puede fallar varias veces (hasta veintinueve). No conozco a nadie que siempre acabe su partido sin fallos.
Y repito, aprende que si la estrategia es incorrecta, estudia. Y si no la sabes aplicar, entonces, entrena y pregunta, o mejor, tal vez al revés.
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