En muchas ocasiones el miedo es irracional. Vas a jugar un partido y no puedes evitar que te entre verdadero terror. Bien porque piensas que el rival es difícil, que ese frontón no te va muy bien, que tu entrenador te va a exigir demasiado o por un cúmulo de circunstancias que no acabas de dominar. El caso es que te tiemblan hasta las ingles.
En situaciones de pánico,extremas, el cerebro se pone en modo automático. El cerebro da la orden de alimentar más los músculos que el cerebro. Por si hay que salir huyendo.
El resultado es que no hay manera de coordinar adecuadamente nada, que no nos sale ni una jugada inteligente, que no escuchamos, que sudamos más de la cuenta. En fin un sufrimiento continuo. Y posiblemente un resultado desastroso.
Una forma de reducir muchísimo ese nivel de estrés es engañar al cerebro con una pequeña acción. Bebe agua. Sí, hazlo.
Engañando un poco al cerebro, le estás diciendo que la situación no es tan difícil pues eres capaz de alimentarlo con tranquilidad y sin ningún esfuerzo. la respuesta del cerebro es inmediata. Da la orden de relajar todas las defensas que ha puesto en marcha. Te hace volver a la tranquilidad.
Así que ya sabes, beber agua tiene su doble función: hidratarse y relajarse.
Y ya que estamos, esto es bueno para cualquier circunstancia: un exámen, una entrevista de trabajo, o cualquier circunstancia que nos altere.
Para la siguiente hablaremos de otro aspecto importante: cómo sentirse grande en un frontón y que tu contrario lo note.
Pd.- En marzo (creo que la primera semana) empiezan las previas del campeonatos de España de Preolímpica. Iré dando noticias. Seguro que vamos a disfrutar.