Nadie te quiere como yo. A tu lado siempre me he sentido acompañado. Sólo tú me das seguridad. Los demás me dicen que te abandone, que me aparte de tí. Pero no lo voy a hacer. No puedo estar equivocado. Contigo he pasado los últimos veinte años. Juntos hemos vivido alegrías y tristezas. Cuando las cosas no iban bien, te miraba, me acercaba a tí y sabía que nunca me abandonarías, que siempre estarías allí, en el mismo sitio, dándome seguridad. Y cuando todo se ponía a mi favor, tú eras mi estandarte, mi lugar a proteger, mi bastión. Nadie me separaría de tí.
Pero ahora, en estos tiempos que corren, me llaman anticuado, dicen que ya no sirvo para nada, que lo mío es caduco. Me empujan a abandonarte, a dejarte de lado. Incluso me tildan de cobarde. Pero yo soy fiel a mis principios y nunca te dejaré atrás. Quiero que sepas que te quiero número siete. Siempre he estado a tu lado. Los nuevos tiempos quieren empujarme a que juegue en el número seis, más rápido, más agresivo, al aire, pero yo no lo haré. Siempre estaré ahí, contigo, número siete, aunque no juegue al aire, a pesar de ir de cabeza, incluso aunque abandone a mi delantero y no le cubra. Todo por tí. Prefiero estar contigo número siete. Te quiero.
Siempre tuyo
Julen Amorado.
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AAAaaaay, los tiempos del siete, !que tiempos! :-). Pero, ¿de que sirve jugar en el siete siempre si no solo no ganas sino que no disfrutas?. Los primeros amores son los que se recuerdan con más fuerza, pero no son los mejores (al menos eso creo yo) ;-).
ResponderEliminarSaludos
P.D.- Me ha encantado el post
gran numero al que siempre javier me decia que no me llegaba la bola nuncaaaa!!!
ResponderEliminarsoy nuevo aqui, pero ya me he leido todo el blog entero!
por cierto, ya te he subido las visitas desde italia, otro nuevo pais para tu cuenta!!jejejej
un saludo, Julio
ahh..en el 7 por favor que me duermooo! viva el number five,y para mas desmadre el 4ymedio vamos ya con la diversion pin pan.Julito buena foto tron con estilo eh..
ResponderEliminarUn saludo para Killo y para Julio, que ya se nos van haciendo seguidores. Y sí, General, ya sabes que hay amores que matan....
ResponderEliminarAh, Jesús, perdona, sabes qeu dejar el siete sólo se hace con fuerza de voluntad, porque es como un vicio, que para abandonarlo necesita desintoxicación.
Gracias a todos por acompañarme.
Ah, gracias por sumar Italia. Al final, recorreremos el mundo.
Javier, esta entrada es más peligrosa de lo que parece a primera lectura. En principio parece una pelota franca pero cuanto más se acerca para devolverla, más se complica.
ResponderEliminarLa he leído unas cuantas veces y cada vez que la leo me hace pensar y ¡ya tan sólo por eso es peligrosa! ¿Acaso no sabes que pensar es peligroso? ¡Ya desde la antigüedad, a los que pensaban los mataban!
Jesús, a pesar de haber nacido y vivir en secano, tiene espíritu de marinero y parece que le va eso de “una novia en cada puerto”, pero Julen es una persona de convicciones profundas y piensa que el amor verdadero es el primero. Además está “hasta las trancas” y es que 20 años de roce han dado para mucho cariño. No le resulta fácil, por un lado está la razón y por el otro el corazón.
Pero pensemos un poco más en detalle que es lo que de verdad le pasa a Julen. La razón le crea un “run run” interior que le dice que en esa disputa que mantiene contra el resto del mundo, igual debería de cambiarse de bando, pero Julen se hace trampas al solitario y toma la decisión más cómoda (estar cómodo no es lo mismo que estar bien, …. ¡pero se le parece!) que es la de engañarse y que “para qué cambiar si así estoy bien”, que más vale malo conocido que bueno por conocer, que ….. ¡que lo mejor es dejarse llevar por la inercia (¡20 años es mucha inercia!) y no pensar (no, si en el fondo va a ser el más listo) que eso da mucho trabajo y muchos problemas!
El corazón le engaña. La primera equivocación de Julen es a quien ha hecho el objeto de su amor (en su descargo aplicaremos eso de que “el amor es ciego”) y que le iría mejor si a quien profesase su amor fuese al frontenis y no al número siete, pero parece que le ha prometido y profesa amor eterno (por cierto, alguien debería decirle que el número siete “le pone ojitos” a todos los pelotaris y no sólo a el, pero no seré yo el que le vaya con el cuento).
La segunda y más importante es que confunde el amor con la sensación de seguridad que le proporciona andar por territorio conocido en contraposición de los miedos que le da jugar de manera diferente y transitar por los números poco habituales. El primer miedo tiene que ver con el orgullo que ya ha comentado Javier con anterioridad. Cambiar ahora sería como reconocer que lleva 20 años equivocado y eso, según para qué personas, ¡es muy duro!.
El segundo podría ser miedo al fracaso ¿y si no lo consigo? ¿y si incluso voy a peor? ¿y si encima pierdo la confianza, “me extravío” y no puedo volver a mi juego anterior? ….
Incluso el miedo al éxito podría ser otro freno ¿pero qué he estado haciendo todo este tiempo? ¡La de oportunidades que he perdido! … Habrá quien no quiera saberlo.
Resumiendo, los miedos derivados del cambio siempre están ahí, sobre todo porque los resultados no están garantizados. Es como empezar una aventura y todos sabemos que no todas acaban bien …. ¡sobre todo si no te lo curras!
Para Julen hay que pedir que se vuelva, como Jesús, un poco marinero, que se dé cuenta que en realidad todos los números “le ponen ojitos” y que hay un número para cada ocasión. Y que no se preocupe porque en todos los partidos tendrá “su momento” de pasar a su lado, cruzar las miradas y sentir la tranquilidad y seguridad de jugar desde el siete. Incluso puede aprovechar para recordarle que siempre será su primer y gran amor, su amor verdadero por encima de los demás (¡pero no el único! Bueno, esto se lo puede callar).
Salvo que practique eso de “te querré tan sólo a ti”, cualquier otra cosa podría valer.
Caray, Jose Carlos, caray...todo escritor espera que haya algo más detrás de sus palabras. Algo que le descubran, o que haga vibrar al lector. Pero es que tú no eres lector, eres analista. De las pocas palabras con que está redactado este texto, sacas lustre. Y yo que me muevo dentro del dicho "lo bre ve si breve, sólo es dos veces breve" me haces recapitular y me llevas a un estadio de euforia y elevas mi ego.
ResponderEliminarNada tengo que añadir a tu texto, sólo volver a comentar que cada vez que te pones a escribir me das envidia, por el continente y por el contenido. Leeré varias veces tu texto. No por que no lo entienda sino porque necesito aprendérmelo de memoria. Para el futuro.
Un abrazo y gracias.
Pd.- Amén de saber arrancarme una sonriso, que a fin de cunetas es el fin de este foro.
Jose Carlos muy bien has dado con la clave, no solo del numero sino del aprendizaje en todo su extension como todos, vamos aprendiendo y jugamos de lo que vemos y algunas veces durante mucho tiempo hasta que vemos a alguien,o un video etc.. y vemos que hay mas formas de dar a la bola y las vamos analizando y pensando: todo este tiempo jugando y no me he dado cuenta; si asi es mejor etc..etc..cuando yo empezaba en mi pueblo, se jugaba como si jugaran a paleta luego empezaron a verse jugadores de tenis que utilizaban el machete luego ese reves de tenis o darle con la otra mano se paso al reves de beisbol,luego se paso de jugar en el 7 a jugar en el 6 y luego 5etc..por no decir de jugar con pelotas de tenis a pen y las intermundial y frontones con rebote y me preguntaba y esto que es otra vez..todo este tiempo y estas bolas son mejores y otra vez a evolucionar luego ..otra bola! el bolin y otra vez a reinventarse los efectos etc..toda esta evolucion ahora es mas facil por internet y las tecnologias pero hay quien no hace lo posible por reinventarse y esa es la clave los pros y los contras.. tu Jose Carlos lo has explicado perfecto saludos!
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