Hay frases que marcan. En muchos partidos, durante el fragor de la batalla, cuando el momento climax está en lo más altos, oigo a algún jugador que murmura: "Este no me va a ganar". El tono suele ser de rabia contenida.
Y no está mal,no. En el frontenis, en cualquier deporte, ese autoestímulo, esa voz de ánimo interior puede ayudar mantener la tensión y la concentración en un nivel alto. Si nos fijamos, veremos que quien ha dicho esta frase mantiene un estado físico de tensión, incluso superior al que ha tenido hasta ese momento. Y tal vez esto le vaya bien para el partido. De hecho, desde aquí, comienzan esas remontadas espectaculares que algunas veces vemos - pocas - y que el frontenis agradece tanto.
Claro que esta situación se suele tornar en negativa.
Subida de adrenalina + decepción = hundimiento.
Tras el subidón por el ánimo, las cosas no acaban de funcionar y rápidamente - sí, en general muy rápidamente - todo se viene abajo y sabemos que el partido está acabado.
¿Qué falta en este caso para que esa frase de autoánimo sea en verdad efectiva, para que ayude a mejorar el desarrollo del partido? Pues algo tan fácil y tan difícil como ponerle cabeza. Manejar bien el instinto de supervivencia - "no voy a perder" - con la capacidad de todo ser humano: pensar.
Esto es lo que distingue a los campeones. Ellos, cuando las cosas no les son favorables, también se calientan. También recurren a este tipo de frases de motivación. Pero reconocen su estado y aplican la cabeza. Pîensan sobre la situación y aplican correcciones inmediatas y drásticas. Y las llevan adelante por encima de lo que sea. Por eso son campeones.