La mano tonta de dios

El otro día nuestro amigo Administraitor nos planteó una interesantísima cuestión. Decía, a grandes rasgos y si no le he entendido mal, que lo importante en Frontenis es sentirse uno con la pelota. Y en efecto, estoy de acuerdo con él. Hay ocasiones en que en el transcurso de un partido sientes que dejas de pensar, que tu juego no lo diriges tú sino que te viene inspirado por alguien de fuera, por alguien que te maneja y te hace jugar cada tanto de manera perfecta, intuitiva, e inmejorable. Yo a eso le llamo “la mano tonta de Dios”. Siento que la pelota va a su lugar en cada momento, que le estoy haciendo daño al contrario. Vamos que se juega en éxtasis. Deseas que esos instantes no acaben nunca. Eres el elegido.

Otros le llaman intuición o suerte o lo que sea. Pero no nos equivoquemos. Eso sólo ocurre cuando eso que estamos haciendo de manera inconsciente se ha entrenado, se ha practicado, se ha visualizado. No hay detrás un don. No eres protegido de los ángeles. Es el resultado perfecto de una combinación de entrenamiento, más esfuerzo, más dedicación, más análisis, etc,etc.

Lo mejor de todo es que ese estado es posible provocarlo. Existe un método, el de los anclajes. Con esto, lo que en un momento determinado ocurre ocasionalmente puedes hacer que suceda de manera más habitual. Con una frecuencia que llega a sorprender.

La cabeza juega un papel importántísimo en nuestro deporte, y en la vida, por supuesto. Entrena tu mente al igual que lo haces con tu cuerpo, entrena esa máquina perfecta de la que tú eres único y máximo responsable.