El jugador Luisín Terés, está enfadado. Su equipo no funciona bien. Trata de animarse a sí mismo y a sus compañeros porque su teoría es que él mismo se entrega mucho, entrena y quiere ganar. Pero los resultados no le acompañan. Su porcentaje de partidos ganados-perdidos es 1/10. Vamos, que no gana ni uno. Recrimina a los demás porque no tienen la misma ilusión que él, ni las mismas ganas de ganar. Ve como su equipo de frontenis está a punto de descender de categoría. Y exige a todos mayor entrega. La posición de Luisín, en principio es lógica.
¿Cual es el problema entonces? Luisín ya tiene una cierta edad, y frente a las recomendaciones de mejora en su juego, no hace caso. El sigue con los mismos principios frontenísticos que hace diez años. No es que vaya para atrás pero tampoco adelanta nada. Y la edad le pesa. Aún podría jugar mejor, se podría mejorar su técnica, pero él sigue erre que erre en sus conceptos, los que hace algún tiempo le valieron para jugar en la categoría que ahora milita.
Pero es claro que ya no da más de sí. Su juego, previsible, lineal y repetido, ya no sorprende. Los contrarios le conocen y saben cómo ganarle. Porque lleva diez años jugando igual.
Y no sólo eso, sino que quiere hacer que los nuevos valores lo hagan igual que él. Y los jóvenes del equipo sólo comentan: "Reconocemos su interés, su afición y sus ganas, pero con eso no basta. Además hay que jugar, tener el nivel para esta competición y Luisín está confundido. Se equivoca: las ganas pueden ayudar pero si no hay juego, no ganará a nadie, está muerto para este nivel"
Y tienen razón. La competición - sea del nivel que sea - tiene exigencias mayores que la ilusión. Exige preparación y mejora contínua. Esto sólo se consigue con la humildad, reconociendo errores, buscando ayuda y haciendo todo el esfuerzo posible de mejora. Pero no hay peor sordo que quien no quiere oír.
Desde luego mi consejo para Luisín sería: baja de categoría. Disfruta del frontenis en función de tu ilusión, y no te engañes.
¡Y pon el oído!
Esto es una verdad como una catedral, yo pienso ke la gente ke está ya curtida en mil batallas, no debe preocuparse por estar en categorías altas porque ya ha estado y si ya con la edad les cuesta mas ganar en esas categorías y pierde muchos partidos, lo mejor es estar en una categoria mas baja ganar bastantes partidos y disfrutar del frontenis y no sufrir todas las jornadas en el campo; esto vale para todo el mundo excepto para los jóvenes que si tienen buen nivel ya y no fallan deben jugar en la categoría mas alta ke diga su nivel para ke le exijan aprenda a perder y a sufrir y así mejorar mas y mas rápido.
ResponderEliminarUn saludo
En efecto Micky, la exigencia en las categorías altas ( o en aquellas que son superiores a tu juego) es grande. la ventaja es que si no estás dispuesto a hacer los sacrificios necesarios puedes bajar un escalón. Esto no es humillante, es simplemente asumir que el frontenis se puede disfrutar, y mucho, también desde otras posiciones. Eso sí, ¡nunca dejes de jugar al frontenis!
ResponderEliminarCreo que esto no sólo es aplicable para Luisín Terés, sino que es algo generalizable a todos los deportistas. La pregunta que todos deberíamos plantearnos es... ¿qué le pides tu al deporte(y en nuestro caso al frontenis)? Y a continuación, intentar responder a esta segunda... ¿qué estás dispuesto a hacer para lograrlo?
ResponderEliminarDe modo que partiendo de que el frontenis no da dinero... quien juega al frontenis es por divertirse, hacer algo de ejercicio y, en último lugar, ver hasta donde llegas.
El frontenis es un deporte bastante agradecido y que no requiere de unas condiciones físicas extraordinarias, de forma que con un poco de práctica, podremos empezar a competir en las categorías inferiores. A esto le sumas los entrenamientos y con ello podemos dar por logrados nuestros dos primeros objetivos (divertirnos y hacer ejercicio).
De modo que a partir de aquí, sólo nos falta saber hasta donde podemos llegar en la escala competitiva. Y aquí es donde debe entrar la respuesta de la segunda cuestión... a partir de cierto nivel, nuestra evolución llegará sólo a través del "sacrificio".
¿Qué "sacrificio"? Pues hacer ejercicio complementario a los entrenamientos (bien ejercicio de gimnasio, correr, deportes complementarios...), dieta, ejercicios de tecnificación, repeticiones, más horas de entrenamiento, desplazamientos, cambios de club, sacrificar festivos, etc... y todo esto, encima poniendo pasta de nuestro bolsillo.
Llegados a cierta edad, quizá uno no está dispuesto a hacer tales sacrificios... el problema, es cuando nos resistimos a reubicarnos en una categoría "más adecuada" para nuestras posibilidades actuales. Sino, lo que pasará es que dejaremos de cumplir nuestros iniciales objetivos, como era el disfrutar jugando al frontenis... y eso es lo peor que puede pasar.
Gracias American por tu explicación. Y ya sabes, jugar hasta los noventa años y luego,..., ¿dedicarse a dar clases por ejemplo? Je.
ResponderEliminarUn abrazo