Quienes seguís este blog sabeis que no me gusta ser escabroso. Evito las palabras malsonantes, las discusiones de mal gusto y trato de que la cordialidad y el cariño hacia el frontenis prime por encima de todo.
Pero hay situaciones que no se pueden obviar. Y cuando la realidad supera a la ficción también hay que enfrentarse a ella. Así que entremos a trapo en el tema. Sin tapujos.
Uno de los puntos que me gusta tratar de vez en cuando es la preparación previa a un partido. Hablemos de frontenis está lleno de consejos, más o menos acertados con las palabras calentamiento, concentración, preparación, análisis, visualización, etc,etc.
En esta ocasión, tras disputar un partido el fin de semana pasado dentro de la liga regular de frontenis en Valencia -hacía más de 6 años que no competía - y perderlo, no me quedó más remedio que mandar a cagar a mi compañero por segunda vez (ulps, pido disculpas de nuevo).
Ya sé que esto no se debe hacer pero la situación fue muy rocambolesca. Imaginaros la ilusión que yo tenía por volver a competir. Y más aún cuando te enteras que el rival es duro, que lo era.
El partido conseguimos llevarlo igualado hasta el tanto 16 o 17. Contra pronóstico, estábamos plantando cara. La estrategia era acertada.
Mi delegado pide un tiempo y nos acercamos hasta el rebote para recibir sus instrucciones. Me fijo en mi compañero, que está haciendo un gran partido, y le veo blanco como el marmol, sudando sal, y ahogado. Nos dice "que se está yendo por la pata", vamos que se está cagando, que cada vez que le pega a la pelota, siente que no puede controlarse y que en cualquier momento el estómago se le soltará. Rápidamente mi delegado le envía al WC, dado el caso de extrema necesidad y vuelve a los dos minutos.
Pero tras volver al encuentro, con empate a 21, mi delegado vuelve a llamarnos y su única instrucción es: "Javier, mátalas todas, rápido, tu compañero no puede. Está peor que antes aún. Hay que salir de aquí corriendo". Y así salimos. Me las jugué todas y perdí.
Cuando fui a darle la mano a mi compañero, éste ya no estaba en la pista. Le vi después, un cuarto de hora más tarde, cuando salía del WC para ducharse. Aún se encontraba mal. Sólo comentó: "Perdona, suelo ir antes de empezar los partidos y esta vez se me ha olvidado".
Lógicamente, tras reir un rato y meterme con él, le reconocí que eso mismo me había pasado muchos años atrás y lo pasé tan mal que no se me ha olvidado aún la lección. sigo pasando por el excusado antes de cada partido...haga falta o no.
Pd.- Me lo pasé pipa en el partido. ¡Qué bonita es la competición!, aunque pierdas.
Buenas
ResponderEliminarYo tenia un compañero tambien que siempre, siempre, siempre iba antes al baño. Siempre. Eso sí, jamás me sucedió algo con él como lo que has contado. En Madrid, basta con que pidas 5 minutos de tiempo (todos) y así tu compañero se hubiera relajado.... :-)
Buena anécdota.
Un saludo
jajaja está graciosa la historia y ese es un problema muy gordo jeje, a veces ni con 5 minutos vale.
ResponderEliminarJavier como ke hace 6 años ke no jugabas liga???, como hacen eso tus delegados contigo?? si tu estas para ser titular fijo¡¡¡, vamos en mi equipo serias uno de los delanteros titulares de sobra en el primer equipo, si sigue asi la situación dimelo y te hacemos un buen contrato jeje.
Un saludo
Hola Jesús, pedimos un tiempo para que fuera al WC. Fué, hizo y cuando volvió estaba peor que antes. De verdad viví una situación difícil. ¡A mi edad...!
ResponderEliminarSinceramente, creo que aún me podría defender en las categorías bajas. Pero tengo la suerte de estar en un club en que hay mucha gente joven en formación y salvo que estén todos de baja - lo que ocurrió el otro día - yo no entro. Mi compensación viene por ver los progresos de los chavales. Eso sí, si me preguntas que si me gustaría jugar, la respuesta es ¡¡¡¡Siiiiiii!!!!
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